Sexualidad
La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que
caracterizan el sexo de cada individuo. También, desde el
punto de vista histórico cultural, es el conjunto de fenómenos emocionales, de
conducta y de prácticas asociadas a la búsqueda del placer sexual, que marcan
de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes
de su desarrollo en la vida.
Durante siglos
se consideró que la sexualidad en los animales y en los hombres era básicamente
de tipo instintivo. En esta
creencia se basaron las teorías para fijar las formas no naturales de la sexualidad,
entre las que se incluían todas aquellas prácticas no dirigidas a la
procreación.
Sin embargo,
hoy se sabe que también algunos mamíferos muy desarrollados, como los delfines o algunos pingüinos,
presentan un comportamiento sexual diferenciado, que incluye, además de homosexualidad (observada en más de 1.500 especies de animales),1 variantes de la masturbación y de la violación.
La psicología moderna deduce, por tanto, que la sexualidad puede o debe ser
aprendida.
La
sexualidad humana de acuerdo con la Organización Mundial
de la Salud se
define como: Un aspecto central del ser humano, a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y
los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y
la orientación sexual. Se
vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias,
actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales.
La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas
ellas se vivencia o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la
interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos,
políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales
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